30 años de acción climática local

Gerda Stuchlik y Tine Heyse presentan un balance del estado en el que se encuentra la acción climática local

El 2020 ha sido un año decisivo. Ya desde un principio ha sido evidente que iba a marcar un hito en nuestra historia: han sido 30 años de Alianza del Clima, 30 años de acción climática local, 30 años para llegar al 2050, próximo punto de inflexión para la crisis climática mundial. Fue entonces cuando llegó la COVID-19, una pandemia que ha cambiado la vida de todos. Ahora que este año está llegando a su fin, es hora de hacer balance de todo lo que ha acontecido hasta ahora. Presentamos a continuación una reflexión sobre el camino que hemos recorrido y sobre el futuro de la Alianza y la acción climática local, de la mano de dos integrantes de la Alianza del Clima: Gerda Stuchlik, primera directora ejecutiva de la red y alcaldesa de Friburgo de Brisgovia (Alemania) durante tres años, antes de su futura retirada, y Tine Heyse, presidente de la Alianza del Clima y concejala de Gante (Bélgica).

«La Alianza del Clima consiguió hace 30 años establecer las bases de un cambio», nos cuenta Gerda Stuchlik sobre los comienzos de la asociación, haciendo referencia a la inclusión de los pueblos indígenas del Amazonas a la acción climática europea, y enfatiza: «Esta perspectiva global tiene especial repercusión en la acción climática, ya que los efectos del cambio climático afectan a todo el mundo, sin excepción». La Alianza del Clima también ha conseguido definir la acción climática como un problema municipal. Según Gerda Stuchlik, este enfoque fue muy novedoso, aspecto con el cual Tine Hayse concuerda: «El mayor logro de los pasados 30 años es simplemente el hecho de que las municipalidades hayan tomado un papel más importante en las políticas del cambio climático; de hecho, los distintos gobiernos locales han desarrollado sus propias estrategias climáticas». Este enfoque local trae consigo unos resultados sorprendentes. Hayse utiliza como ejemplo la estrategia de alimentación de Gante, basada en infraestructuras ya existentes y que involucra a personajes locales y a todo aquel interesado.

A pesar de todos los logros de las pasadas tres décadas, aún queda un largo camino por recorrer para lograr todos los objetivos climáticos. «Es un asunto que me preocupa mucho, no solo por el aumento de las emisiones de CO2 en todo el mundo, sino también por el estado en el que se encuentran las selvas tropicales, el cual se ha deteriorado muy notablemente en los pasados 30 años. Además, los índices de deforestación han vuelto a a aumentar con el actual gobierno en Brasil. Es por estos motivos por los que tenemos que seguir luchando para salvar las selvas y el clima», exige Gerda Stuchlik. Movimientos como Fridays for Future han hecho que se prestara mucha más atención a lo largo del 2019 a problemas relacionados con el cambio climático en todo el mundo. «Hemos visto que movimientos de esta índole han catalizado de manera notable el debate en nuestra ciudad y han provocado decisiones en el ayuntamiento relacionadas con, por ejemplo, presupuestos para el clima, medidas de acción y distintos proyectos», cuenta Gerda Stuchlik sobre Friburgo. También reconoce los esfuerzos de Bruselas y la dirección estratégica establecida por el Pacto Verde Europeo del año pasado. Sin embargo, fue entonces cuando llegó el coronavirus, una crisis que atrae la atención del público y distrae de otros problemas. Tine Heyse manifiesta que tenemos que ser conscientes de que la crisis climática va tener a la larga un impacto mucho mayor que el coronavirus y necesitamos asegurarnos de que el público sepa que el calentamiento global está teniendo un impacto directo en nuestras vidas día a día. El coronavirus ha ensombrecido muchos aspectos de nuestra vida y ha agravado los problemas ya existentes, como el déficit habitacional, aunque también requiere de soluciones que podrían llegar a aliviar la crisis climática. «Si llegamos a medidas políticas originales podremos lidiar con la crisis climática y la habitacional a la vez. Como municipios, tenemos que permitir que haya renovaciones energéticamente eficientes para crear nuevos puestos de trabajo, evitar emisiones de CO2 y dar la oportunidad a los ciudadanos de vivir en un hogar más saludable y agradable», explica Heyse.

Tambien hace hincapié, con vistas al futuro, en el Pacto Verde Europeo y en los esfuerzos de reconstrucción posteriores a la COVID-19. Destaca los desafíos a los que habrá que hacer frente para la protección climática local: «La Alianza del Clima tiene que trabajar en nuevas y más efectivas formas para que los departamentos responsables, las autoridades municipales y los ciudadanos sean más conscientes del problema. Hay que dar forma a nivel local a aspectos como la política climática, la energía, la infraestructura y la contaminación, pero también a la economía circular, la biodiversidad, la movilidad y la alimentación.» Para poder seguir representando las necesidades locales europeas e internacionales, Gerda Stuchlick y Tine Heyse están de acuerdo en que la Alianza del Clima necesita fortalecer su representación a nivel nacional e internacional y debería establecer nuevas relaciones con otras redes. Gerda Stuchlik concluye que las ciudades y los municipios son, y seguirán siendo, los motores de la protección climática de todo el mundo. Por esta razón, espera que la Alianza del Clima continúe trabajando con éxito en este objetivo que la vio nacer. En este sentido, ¡por los próximos 30 años!  

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