Derechos indígenas

La clave para sobrevivir

Los indígenas reclaman sus derechos básicos para poder sobrevivir. Su autodeterminación está ligada a su derecho como propietarios de las tierras, ya que dependen de estas como medio de subsistencia. El territorio no debe entenderse solo como su medio de supervivencia, es también clave para su desarrollo social, cultural y político. Por consiguiente, las tierras no tienen un mero valor físico, sino que su valor radica en el significado social y cultural que poseen.

Garantizar el sustento y protección de las selvas tropicales

La existencia de los pueblos indígenas y su cultura dependen en gran medida de un medio ambiente que no esté dañado por la actividad humana. Podremos conservar la cuenca del Amazonas una vez que se aplique una conservación y manejo sostenible de los bosques tropicales, para ello hay que reconocer a los pueblos indígenas como titulares de la tierra a nivel nacional e internacional.

El óptimo conocimiento y uso de la tierra de los pueblos indígenas es la mejor arma contra el cambio climático.



La lucha por sus derechos

A pesar de todas las iniciativas, leyes, enmiendas y acuerdos que se han aprobado en las últimas décadas, la constante globalización supone una amenaza para los pueblos indígenas. Los indígenas sufren constantemente la invasión de empresas multinacionales que penetran en sus tierras ignorando sus derechos y dañando el medio ambiente.

En 1960 se formó una coalición para luchar contra la discriminación y la destrucción que sufrían en sus tierras y la defensa de sus derechos. Gracias a esta lucha, los pueblos indígenas ganaron reconocimiento a partir de 1980, estableciéndose como un ente político con un papel importante en la toma de decisiones.

La defensa de los derechos indígenas

Los «ataques» a las comunidades indígenas tales como, explotaciones petroleras y forestales ilegales, así como cualquier otro, están a la orden del día en la cuenca del Amazonas. Estas infracciones no solo son perjudiciales para los habitantes de la zona sino que, además, contribuyen al cambio climático. Las circunstancias, por desgracia, no favorecen que los pueblos indígenas dispongan de ayuda judicial para detener a los infractores y llevarlos a juicio.

Desde el año 1996, la Alianza del Clima protege los derechos de los indígenas nacional e internacionalmente con concesiones económicas que faciliten la protección legal. Sin ayuda legal, no podremos prevenir que este tipo de crímenes en contra de los derechos de los pueblos indígenas paren de manera definitiva. Gracias a los fondos que ha destinado la Alianza del Clima varios representantes indígenas han sido absueltos de demandas emitidas por pequeñas corporaciones. Muchas de ellas relacionadas con la intrusión de empresas petroleras en territorio indígena.